jueves, 4 de noviembre de 2010

Abrazo de fuego

Abrazos… increíblemente hermosos y horribles a la vez; pueden devolverte la vida o quitártela en tan solo un segundo.

Noches tan solas en las cuales anhele tantas cosas, sangre, veneno lo que fuese que calmara mi dolor mientras que las lagrimas recorrían mis mejillas y caían tan despacio como cae la lava derramándose y siguiendo un tortuoso camino desde la punta del volcán hasta las faltas de su nacimiento; clamaba a gritos por la anfetamina que fuese capaz de calmar mi dolor y renovar mi esperanza, sin embargo… fue en vano.


Miles de lunas vieron caer lluvia incolora pero que pesaba como el acero; sobre mi almohada aun hay agujeros creados por el caer de mis lagrimas, noches enteras, esperando impaciente por la liberación de mi alma, miles de sueños y esperanzas sumergidas en un mar de sangre y desesperación que yo mismo cree para ahogar mis penas y extrañar mis pesares, uno en el cual pudiera reflejarme y ver mi propia inmundicia mientras que esta laceraba mi espalda como un cilicio que golpea fuertemente clavándose en tu carne.


Tiempo después cuando mi alma estaba resquebrajada encontré un ser extraño y agradable a quien le debo mi regreso un ser que sin musitar palabra era capaz de alegrar mi alma entera y hacer olvidar mis dolencias un ser libre de corrupción, sin manchas, dueño de mis desvelos y de mis últimas alegrías, ángel frágil de mis noches; muñeca de cristal fino y delicado, cuyo rostro es tan increíblemente hermoso a mis ojos que jamás encontrare belleza similar.


Ese ser en cuya inocencia y belleza encuentro ese algo que no encuentro en el resto de personas con las que me rodeo habitualmente en mi día a día; con el devenir del tiempo sueño con tu alma y tu cuerpo esperando el próximo encuentro puesto que te veo como a un ser inmaculado que solo refleja inocencia y tranquilidad que trae consigo el abrazo de los ángeles caídos que solo buscan redención que redime con una mirada y con una palabra que salida de tus dulces labios acoge y protege al espíritu caído.


Necesito descansar en tus brazos y buscar la quietud que anhelo desde hace tantas eras una que solo tu me puedes proporcionar debo a un algo que no conozco pero que siento como si lo conociera desde siempre y lo estuviera esperando durante cada uno de los días de mi vida

Los abrazos pueden nacer de diferentes emociones: alegría, lastima, compasión, amor, afecto; abrazos traicioneros nacidos de la envidia, del desprecio y de la hipocresía…

¿Te gustaría decirme de que van cargados tus abrazos y porque me devuelven la vida?